Narraciones y Relatos



En este apartado, os presento una serie de relatos cortos, que alguno de ellos, pertenece a mis vivencias, o a personas o situaciones conocidas por mí, que han dejado un buen o mal recuerdo, y que por alguna circunstancia especial, plasmaron una huella, más o menos importante en mi memoria.

Puri Aguila.


El Jaws (relato)

Mi voz, que imita a la del serhumano, con matices de joven o viejo, chico  o chica afónica... Es la voz amiga de los ciegos, que ayuda a situarse en la pantalla del ordenador, lo mismo que el perro lazarillo, o el bastón blanco; les guía en la calle, o el sistema Braille, llena sus dedos de puntos que son letras, por donde entran las noticias, los buenos y malos libros y revistas, y tanta información...
Bajo mi aspecto de tiburón con las fauces abiertas, cuyas mandíbulas son mi nombre en inglés... Yo soy diferente al ratón que corre y salta por la pantalla, abriendo todas las puertas del contenido del disco duro, inmóvil e impasible, solo dispuesto a cumplir las órdenes que el ratón le da... bajo la presión de los dedos que impacientes esperan obtener su información, y cuando esta aparece, los ojos ábidos recorren la pantalla y encuentran lo que buscan... Pero yo, como mis usuarios, soy más pausado como los ciegos cuando caminan, no soy tan rápido, mas sí soy seguro cuando me saben manejar y configurar bien,obedezco a mis comandos y mis diferentes cursores, dando la información a quienes no ven, y oyen más que los demás; pero que sin mí, nunca podrían manejar el computador, que es la base de la ciencia actual, el registro de grandes empresas, bancos y oficinas, de comercios y hogares...
 
todo está en la red, al alcance de la gente; pero yo, como el Braille, soy la puerta abierta  para acceder al mundo de la técnica, la ciencia y la información para todos aquellos, que sin mí, no podrían hacerlo; pues siempre
fueron víctimas de su discapacidad y de la incomprensión de la sociedad, que solo veía en ellos, unos inútiles, incapaces de hacer una vida normal, sin ayuda de alguien; pero eso se acabó, yo cumplo órdenes al pie de la letra, y no me quejo... ni me canso, ni protesto por nada, y sigo leyendo sin parar, hasta que mi amo pulsa control, o insert f 4, y entonces me callo, y
descanso hasta que mi dueño decida ponerme en marcha otra vez.
    A muchos mis voces les parecen sintéticas, y eligen las de apuestos caballeros, tenores , varítonos o  bajos, y las dulces y aterciopeladas voces de supuestas hermosas damas; pero nadie ha de poner en duda que yo soy
el anfitrión, pues después de los que me precedieron con voz d robot, la mía es la que más se acerca a la del hombre, y lee con tanta entonación... Y
puntúa con tanta exactitud, cuando los puntos y comas están en su sitio, que
me siento orgulloso e insustituíble, como el perro guía, el bastóhn o el sistema Braille, pioneros en la salvación de barreras que nunca antes pudieron ser superadas.

    Desde aquí reivindico un monumento para mis inventores, y a mis amigos los ciegos, les pido perdón por no ser todo lo accesible que yo quisiera; pero no tengo la culpa; esperemos que la inteligencia del hombre, me haga ser tan útil y eficaz como los ojos que todo lo ven y escudriñan, hasta los más recónditos rincones de Internet.
                                          
Puri Aguila




Trabajar en equipo.

       Como ya es sabido, en este mundo hay de todo, bueno y malo; pero a ser posible, se debe elegir la primera opción, aunque es la que produce más desilusiones y desengaños.

       Quien obra mal, no tiene remordimientos de conciencia, pues si los tuviera, no lo haría; pero el que obra bien, cada noche duerme tranquilo y sosegado,porque tiene la satisfacción del deber cumplido,consigo mismo y con los que le rodean.

       En el trabajo, el que da todo lo que tiene, tarde o temprano suscita envidias y rencores, que le hacen mal visto entre sus compañeros, que le ven como una persona engreída y con complejo de superioridad.

       Si se trabaja en equipo, se encuentra gente honrrada y honesta; pero también los pelotas de turno, que se arrastran ante los jefes, para caer bien y recibir los cometidos más importantes en el equipo de trabajo.

       Quien se atreve a dar la cara y trata de enmendar cualquier fallo o injusticia, pronto es mal quisto por el jefe o jefa del equipo, quien temiendo que le haga sombra, pergeña una trama, para que el fiel trabajador, se vea involucrado en el punto de mira de sus compañeros, que por no decepcionar a su jefecillo, no se atreven a valorar la honradez y el trabajo limpio del que es sincero y honesto, y busca el progreso de la empresa, corrijiendo herrores     , y mostrando su bienhacer, por encima de todo.

       Los equipos de trabajo, han de estar motivados para ir todos a una, respetando la opinión y libertad de criterios, de todos los componentes; pero si el jefe es un pobre hombre, dictador con delirios de grandeza, convierte el equipo en su feudo, Dando prevendas y privilegios, a los acólitos más fieles y sumisos, y hace y deshace a su antojo, y si alguien le hace ver sus herrores, está despedido, o sufre acoso laboral, hasta que ha de dejar el trabajo, o vive mal considerado y oprimido por el Señor feudal, y sus acólitos, que se alegran de no tener entre ellos, un garbanzo negro, que impida las irregularidades del equipo, diciendo la verdad y reclamando sus derechos.

       Si el trabajador es despedido, según el capo, es porque sus espectativas de trabajo, están fuera de lugar, o desfasadas, o, no existen, o no son útiles y necesarias, para el buen funcionamiento de su equipo de aduladores y pelotas, aunque el trabajador despedido, tenga los mejores proyectos de trabajo, mejoras, innovaciones, y superación y entrega al equipo.

       Esto es lo que se llama acoso laboral, y sufren tantos trabajadores.
       Por desgracia, en estos casos, el que más da, menos recibe; pero la conciencia individual, hace que la persona honesta, sea feliz, aunque con un deje amargo, por la decepción y la pena de ser imcomprendido y marginado por su sinceridad y honradez.

       Parece mentira que en un país democrático, existan pequeñas dictaduras, o feudos, donde se trata como esclavos a los trabajadores, volviendo a la época, en que el trabajo era esclavitud, o suplicio.

       En un país, donde se habla libremente, en los parlamentos nacional o autonómicos; allí los diputados fieles a sus ideas, las defienden  ante todos, con total libertad, con las réplicas y razonamientos de los partidos rivales;pero si temor a represalias, como el los tiempos de la dictadura franquista, en que ser disidente, era un delito, castigado con la cárcel, y a veces con la muerte


                              Puri Aguila.

 


 


SER DIFERENTE.

Los niños y niñas ciegos en su más tierna infancia, ya saben que son diferentes;
algo les ocurre, que no pueden jugar con los demás niños en la calle,ni correr, ni saltar por empinados bericuetos, donde hay obstáculos, subidas y bajadas... La mamá, siempre les dice: ¡No te vayas lejos!
¡ no corras, que puedes caerte!.
Y la pobre criatura, piensa para sí...
¿por qué no puedo jugar como los demás niños?
Y así, vive engañado, el niño o niña que oye que le llaman susurrando y mascando las palabras, para que no se entere... "el pobrecito, no ve";
y piensa para sí... ¿estaré yo solo en el mundo, sin ver? ¿cómo ven los demás niños?
Y cuando va a la escuela de su pueblo, no puede leer en el encerado... no puede escribir en la libreta, ni pintar con bonitos colores, los dibujos que hay en el cuaderno... Y la maestra, viendo que no puede hacer nada para enseñarle, ya no le presta la menor atención, y le aparca en un pupitre, sin nada que hacer diciendo: "escucha lo que dicen tus compañeros, y aprende la lección"
Y el niño, de tanto oír, lo sabe de memoria, y cuando
nadie de la clase se sabe la lección, la maestra se la pregunta alniño ciego, y éste, la recita como un lorito... y entonces ella dice a los demás de la clase:
Ya veis que Pepito no ve, y sabe la lección mejor que vosotros; pero pasan los días, y Pepito no puede adelantar, porque cada vez las lecciones, son más difíciles... Luego hay que estudiar los mapas, con sus ríos y montañas de colores diversos... y los dibujos geométricos, con líneas y ángulos, círculos y poliedros, que nadie le explica, porque ni la maestra sabe como hacerlo...
Él no puede ver las plantas que muestran los libros de botánica, ni los complejos dibujos
de los libros de ciencias naturales, con su anatomía del cuerpo humano,
ni el globo terráqueo, con sus océanos y continentes... Y él se angustia y se apena, porque así no va a llegar a ningún lado. Y tampoco puede practicar las clases de deportes y gimnasia, y los juegos de pelota, donde los niños se afanan por meterla en un marco de madera, que hay a cada extremo del campo de fútbol...
Y el pobre Pepito, se queda sentado en un banco, y se aburre e inventa sus propios juegos, que nadie comprende... Habla con amigos imaginarios, con los que sí puede jugar, y como no puede correr, él se mueve girando sobre sí mismo, para sacar tantas energías almacenadas dentro de su cuerpecito juvenil y lleno de vida...
Y por eso y otras cosas, es diferente; y a veces se consuela pensando que quizás en el mundo nadie ve, y todos somos iguales; pero eso no es verdad, aunque sus padres no hablen de su desgracia, o lo hagan con sigilo, para no herir al pobre niño.
Mas, entre los vecinos más cultos del pueblo, hay un amigo de sus padres,que un buen día les trae una buena noticia.  Allá lejos, en la capital de su país, hay un colegio donde los niños ciegos aprenden a leer y escribir, con unos puntitos que se tocan con los dedos, y cuando son mayores, estudian y, hasta pueden ir a la universidad... y hacen deporte, y trabajan en oficinas, con máquinas y computadores, que les permiten ver tantas cosas...
Los padres de Pepito, lloran de emoción y se preguntan: ¿como será ese milagro? ¿podrá estudiar nuestro Pepito? ¡Oh Dios, si eso fuera verdad!;
pero la capital, está tan lejos, y el niño nos va a echar tanto de menos...
Mas, Pepito, les oyó, y, pese a su corta edad, solo 9años, les dijo:
¡Por favor, llevadme al colegio! ¡yo quiero estudiar y aprender como los demás niños! ¡y hacer deporte y correr detrás de la pelota! ¡no quiero quedarme solo en el banco mientras los otros juegan y ríen, y yo estoy muy triste porque no puedo hacer nada de eso!...
Y con tan sensatas palabras, llegó al corazón de sus padres, que acompañados del buen amigo que investigó sobre el colegio de ciegos, presentaron allí a Pepito, que al curso siguiente, fue admitido como alumno; y aprendió a leer y escribir, y también música y matemáticas, gracias al sistema que un hombre bendito, había inventado casi 200 años antes, Louis Braille, el redentor de los ciegos de todo el mundo, que nació en un pueblito de Francia, cuyo nombre es Coupvrait.
Y desde entonces Nuestro Pepito, aprovechó su inteligencia, estudiando y bendiciendo siempre el nombre de Braille, que tantos beneficios dió a los ciegos, con la luz de la cultura y la esperanza de ser iguales a los demás miembros de la sociedad.
Y se realizó como persona, sin complejos, y fue un hombre de bien, apreciado y admirado por todos los que antes le consideraban un pobrecito niño ciego.

Puri Aguila.




LA CASA DE MI INFANCIA.

          Hoy recuerdo con nostalgia infinita, aquel humilde rincón de mi país, donde transcurrieron los primeros años de mi vida… Era un pueblito de pocos habitantes, situado en la Catalunya interior, entre montañas… al cual, se llegaba por una estrecha carretera, llena de curvas y vaches, donde uhn destartalado autobús, hacía diariamente el mismo recorrido, uniendo varios pueblos, hasta llegar a la capital de la provincia, donde los humildes campesinos, iban a hacer sus compras… a gestionar algún asunto burocrático, o  a la visita de algún médico especialista, ya que a mi pueglo, solo llegabacuando era urgente, un galeno rural, que visitaba a todos los enfermos de aquella comarca.

Como comprenderéis os hablo de los años 50 del pasado siglo.
          Yo vivía junto a mis padres, era hija única, pues mi hermana mayor, ya se había marchado a trabajar a la ciudad…
          Mi casa, era pequeña; pero muy acogedora… la puerta principal, formaba un arco, rematado por ladrillos de canto, que le daban un aspecto antiguo, aunque humilde, pues no tenía escudos ni blasones, solo era una casita de campesinos, con su patio, interior, y su corral, en la planta baja, donde pululaban conejos y gallinas, que contribuían a nuestro sustento.
          Subiendo desde el patio un pequeño tramo de escaleras, se llegaba a una estancia, que era a la vez, cocina y comedor, pues tenía un hogar de leña, y una mesa camilla, donde mis padres y yo, comíamos y cenábamos, lo que gracias al sueldo de mi padre, se podía comprar, o bien, la carne y huevos, que nos daban nuestros animales de corral.

          En invierno, en el hogar, crepitaba la leña, y también mi madre guisaba, arrimando al fuego, las cacerolas de barro, tan típicas de entonces.
Éstas se colocaban, sobre un soporte metálico, de hierro, de 3 patas, para que el fuego no las rompiera.
          El calor de los leños, se extendía por la estancia, y llegaba a calentar gran parte de la casa. Cerca del fuego, 1 o 2 gatos, dormían apaciblemente, ronroneando, al calor de la lumbre; mis padres charlaban, o escuchaban las noticias de Radio Nacional, pues todas las emisoras, conectaban con la misma.

Otras veces se escuchaban Radio Andorra, que emitía discos dedicados, por un cumpleaños, una primera comunión, etc. También mi padre escuchaba, Radio España independiente, donde llegaban las noticias del extranjero, sin filtraciones de la dictadura.

                    No existía la televisión; tan solo algunos vecinos muy afortunados, la tenían en blanco y negro… pero sí la radio, en la que escuchábamos las noticias, y seriales que la dictadura nos permitía oír; las noches de invierno, eran largas; pero mi padre, las amenizaba leyendo en voz alta, para mi madre y para mí, alguna novela o revista de la época.

          En el piso de arriba, había 2 habitaciones, o dormitorios;
 uno para mis padres, y el otro para mí.

 En uno de ellos, había una gran ventana que daba a la calle, desde donde se veía la salida del sol, y las montañas que rodeaban mi pueblo, en el otro dormitorio, había un pequeño balcón, que daba al corral, desde donde se bislumbraba el sol de la tarde, y la carretera sinuosa, que a través de campos y huertos, nos abría paso hacia el exterior, pues las gentes iban y venían en sus carros, o en animales de tiro, cargados con los productos de la agricultura, típica de aquél lugar.

          En cambio las noches de verano… eran hhermosas, pues todos los vecinos, se sentaban a la puerta de sus casas, y charlaban de todo un poco… mientras los niños y niñas, jugábamos, al escondite, a saltar a la comba, o al corro… aún recuerdo aquellas canciones, que pasaron de generación en generación, y nuestras alegres voces, cantando:

 Yo soy la viudita, del Conde Laurel, quisiera casarme, y no encuentro con quién; o, ¿Dónde están las llaves? matalilerilerile, en el fondo del mar… etc.
Mi infancia fue el tiempo más feliz de mi vida; pero ya solo está en mi recuerdo.

                                      Puri Aguila.   


Sol de otoño

Ella se quedó sentada, inmóvil con las manos sobre el teclado, luego con su mano derecha tocó su mentón, cerró los ojos para quedarse con las manos entrelazadas,
después de algunos minutos las puso sobre sus rodillas, inclinó la cabeza como queriendo encerrarse más en si misma.

Todas esas sensaciones que en
ese momento recorrían su cuerpo de forma tan vertiginosa, no había soñado siquiera que eso le podría ocurrir alguna vez.

Volvió a leer lo que se había ido guardando en la pantalla del ordenador, todavía estaban ahí esas palabras escritas con tanto amor, esas letras que la
hacían vibrar, esas palabras que habían ido despertando en ella tantas emociones dormidas, siempre había esperado encontrar a alguien que la tratase de
esa forma tan sincera, con tanto cariño, sentía que el amor había llegado a su corazón.

¿De verdad estaba enamorada?
¿Cómo enamorarse de alguien sin conocerlo?

Y como no hacerlo si le entregaba lo que ella tanto tiempo había esperado,?
la hacía sentir mujer, la alagaba, resaltaba de eella sus valores, la motivaba
a desarrollar sus potencialidades.

Había vivido para servir a los demás, eso la hacía feliz, pero le faltaba su realización personal,¿porqué no la entendieron si ella tantas veces lo dijo
y pidió que la entendieran. Te amo, te amo, seguían sonando en sus oídos esas palabras, se parecían tanto y vibraban con las mismas cosas, sentía pena

y alegría a la vez. Volvió a releer lo que estaba en el messenger, dio gracias a la tecnología que le permitía estar en contacto con ese ser que la amaba
y que ella también sentía lo mismo por él.

Apagó el computador, se quitó los fonos, se quedó mirando la pantalla sin verla, todo su ser estaba en otro lugar, alzó sus dos manos hasta su rostro cubriendo
sus ojos, después las deslizó suavemente por sus mejillas como queriendo descorrer esa cortina que la separaba de la realidad. Acomodó sus cabellos; de esa misma forma le gustaría ordenar sus ideas.

Luego con pasos decididos se encaminó hasta la sala de baño, lavó sus dientes, revisó que todo estuviese recojido y en orden; en silencio se dirijióhasta el dormitorio;
 como una sombra se deslizó suavemente, quitó sus ropas, se puso su camisón y sigilosa se metió en la cama.

Una y otra vez cerró y abrió los ojos, con delicadeza abrazó su almuhada y pensó: humm, si estuviese aquí!

La Luz del sol acariciando su rostro la despertó, esa mañana saldría al parque, quería registrar en su pequeña grabadora el ambiente de ese lugar para
contarle

a su amado que la alegría del parque adornada y engalonada por los cantos melodiosos de los pájaros, señalaban la llegada de la primavera.

El aire frío golpeó su rostro, alzó su cabeza y los rayos del sol fueron como una caricia. Ccerró los ojos mientras jugando con su imaginación

pensó: ay,si estuviese aquí.

Su corazón saltó de improviso cuando una mano se posó en su hombro. ¿cómo llegó hasta aquí??será posible?

¿Estaré soñando? ¡no puede ser! Lágrimas de emoción

subieron a sus ojos, tanto que lo había deseado, pero eran tantas las distancias. Se volvió lentamente casi sin darse cuenta, pero esa voz que le hablaba

no era esa dulce voz que llevaba registrada en su corazón, ¿porqué no me dijistes que vendrías hasta aquí para acompañarte? Esclamó esa ronca voz. Déjame

tranquila, quiero pasear sola, necesito ordenar mis ideas, dijo esto como una forma de librarse de esa compañía que no era la que ella esperaba. Porque

desde hace algún tiempo ya no está sola, ese alguien está dentro de ella y le gusta sentirlo mientras recuerda sus palabras de amor.

Este amor vino a reemplazar tantos años vacíos de contenido, pues ella soñaba con una vida, llena de ilusiones, pero, se encontró con un cúmulo de impedimentos,
que poco a poco, fueron minando sus inquietudes, y su alma, tan sensible, se fue acostumbrando a la indiferencia, de quien compartía su vida, a él, todo
le parecían sueños absurdos, imposibles de realizar, pues lo único tangible era el día a día, el trabajo, la familia, y todo lo demás, estaba vedado para
una mujer, cuyas obligaciones se ciñeron desde el primer día de su matrimonio, a cumplir con sus deberes de esposa y ama de casa.

Ella, habíia dejado atrás, una adolescencia triste, y reprimida, transcurrida en el colegio de monjas, donde todo era pecado,todo era deprimente, para
una mujer, que soñaba con su príncipe azul, separada de su entorno familiar, durante el curso escolar

Esta situación, se repitió año tras año, hasta que, finalizados sus estudios, ella deseaba un porvenir risueño, lleno de realidades que hasta entonces,
no se habían podido cumplir.

Mas, ¡ay! Su alma de mujer, se vió sorprendida por la ingenuidad, y se precipitó, dejándose envolver, por las palabras amables, de un enamorado, que era
tan honesto. tan gentil. ella creía que correspondiendo a su amor, iba a realizar todos sus sueños de mujer, le amaría, sería para él, su hada madrina,
que con su varita,mágica, convertiría en algo muy hermoso, la rutina de la vida diaria.

Pero no fue así, él fue creciendo en sus convicciones de vivir siempre pegado a la tierra, sin más luz que la que da el sol.

Ella se iba adaptando a la monotonía del día gris y nublado en que se estaba convirtiendo su vida.

Desde hacía muchos años, la vida iba transcurriendo, entre el trabajo, y el ocio programado por los demás, que en su egoísmo, no miraban más que por su
conveniencia, llegaron los hijos, y ella, se vió compensada, en granparte de sus males, pero el sacrificio, fue cada vez mayor, pues tuvo que renunciar
a su trabajo, su obligación era atender a los suyos, pues para eso se había casado.

No podía irse al cine, ni al teatro, y las excursiones, se limitaban al gusto de su esposo, y a las necesidades de los niños, que vieron que su madre era
la criada para todos, y en cierto modo, iban aprendiendo que las mujeres, son inferiores a los hombres, en sus libertadess, y en su radio de acción.

Todos los veranos, iban de vacaciones, al pueblito, donde los abuelos tenían una casa, muy hermosa, en pleno campo, allí los niños se familiarizaron con
la naturaleza, había animales, domésticos, perros, gatos, gallinas, ovejas, corderos, aquél ambiente, era relajante y servía a la mujer, como un revulsivo
para cargar las pilas que durante todo el año, se habían descargado, de tanto trabajo incansable, ella, se había ganado las vacaciones, que le servían
para evadirse de sus problemas, y rehacer un poco, lo que los demás desacían, con sus imposiciones.

Pero aquellas vacaciones, eran relativas, pues había que trabajar en la limpieza de la casa, el cuidado de los niños, la comida, y todo; mientras el marido
y los demás descansaban y esperaban que todo estuviera a punto.

Poco a poco, fueron transcurriendo los años, los hijos se hicieron mayores, los viejos se fueron muriendo, y poco a poco, la juventud, tan mal empleada,
se fue marchitando como una flor.

La vida seguía, el tiempo pasaba, y ella veía apagarse la luz, un día tras otro.

"Esto no puede seguir así, se dijo" y se propuso recuperar el tiempo perdido, para que la recta final de su vida, tuviera otro sentido, distinto al que
había tenido hasta entonces.

Y aprovechaba su tiempo libre, para realizar todo lo que le habían vedado las circunstancias y las personas, y, empezó a ir por su cuenta, a las actividades
que más le gustaba hacer, las que en su juventud, le hicierontan feliz.

Su marido no veía bien esta libertad, las mujeres se estaban revelando contra el orden establecido, desde hacía tantos siglos.

Ella fue a clase de informática, y aprendió, lo justo para manejar el ordenador. Se dijo: "si no aprendo esto, dentro de poco, seré una analfabeta" y así
fue como tuvo su ordenador, fue practicando, y al fin. pudo navegar en internet.

Y así conoció el gran amor de su vida; todos los días hablaban a través del messenger, él, la amaba, la comprendía, era su punto de apoyo para vencer todas
las dificultades; pero la distancia los separaba, aunque ellos habían decidido conocerse y comprobar si aquel amor virtual, era una realidad. En el otoño
de su vida,serían felices, y recuperarían el tiempo perdido, y el amor malgastado, que entregaron a quien no supo ni quiso valorarlo.

2ª parte.

Habían tantas distancias, mares, tierras, montes, cordilleras, fronteras que cruzar, había que soltar amarras, despojarse de las cadenas que por tanto
tiempo

los habían esclavizado, era casi imposible poder hacerlo, no podría ser, eso era tan sólo un sueño, esa idea de encontrarse nació de un impulso, además

cómo saber si lo que él le decía era real, cómo podía amarle si ni siquiera le había visto nunca, tampoco le había escuchado, tan sólo había leído lo que

ella escribía. No, no debo ir, si por tanto tiempo he estado así, debe ser sólo un mal sueño, esto ocurre sólo en las películas, él debe querer hacer una

aventura más, no, no, creo que desistiré, esto no puede ser.

Pero lo amo, siento que lo amo, ay! Que confusión, el tan sólo pensar en el me pone alegre, desde que me escribe mi vida ha cambiado, a quién le hago daño,

si lo que siento por el es un amor tan puro, oh!Qué hacer.

Se acomodó en la silla y retiró lentamente sus manos del teclado, cerró sus ojos y suspiró. Lentamente se acercó a la ventana, eran ya las doce y diez
de

la noche, la calle estaba desierta, desde allí podía ver el parque y las luces, siempre le gustaba hacerlo, eso de contemplar la tranquilidad de la noche

la aquietaba, pero esta vez no se detuvo en eso, levantó la vista y buscó la luna, ese era el vehículo que ocupaba para enviarle amor a su amado, la luna

la contemplaba como lo hacen siempre los enamorados que a través de ella envían sus mensajes de amor. Le pareció que la luna se detenía al espera que ella

le dijese el mensaje que debía llevar y que en pocas horas más entregaría a ese enamorado que estaba esperando que através de esos tenues rayos de luz

encendieran su corazón.

No, no eso no es posible, tampoco es verdad, me estoy engañando, nada es verdad, la luna no lleva mensajes, él no puede estar enamorado de mí, yo tampoco

lo debo estar, todo esto es un juego, no debo seguir pensando en esto se dijo, mientras se dirigía a apagar el ordenador, pretendiendo de esa forma poner

fin a todo. Lo hizo de forma automática, se quedó mirando como la pantalla del ordenador se apagaba, cerró los ojos y los abrió repetidas veces como queriendo

despertar de ese sueño que en estos momentos le parecía una pesadilla.

Se encamino al cuarto de baño a lavar sus dientes antes de ir a dormir,, pasó su mano derecha por la parte posterior de su cuello, en un gesto de querer

desprenderse de ese algo que llevaba sobre sus hombros. Después de enjuagar su boca, bebió unos sorbos cortos de agua, apagó las luces y se dirigió al

dormitorio. Se sentía libre, pensó esto lo puedo dejar de lado y seguir con mi vida, no le volveré a escribir y asunto terminado. Se acomodó en su almohada

y fue en ese momento cuando sintió que unas lágrimas escapaban de sus ojos, le pareció que el corazón se rompía, las lágrimas tibias corrían por sus mejillas,

no, no, no lo puedo hacer lo amo, lo amo y siento que él me ama, al parecer estoy loca, pero es tan hermoso saber que alguien me ama y que yo le puedo

amar, creo que sí estoy loca, pero loca de amor.

Al día siguiente cuando despertó aún tenía la sonrisa en sus labios esa sonrisa que le había acompañado durante toda la noche.

Sin abrir los ojos repitió mentalmente esa canción que hicieran juntos "buenos días amor, cómo estás, quisiera despertarme junto a tu almohada y besar
tu

boca en la madrugada, buenos días amor cómo estás" Luego abrazó su almohada y la besó como si fuesen los labios de su amado, su corazón dio un brinco,

volvió a sonreír, abrió los ojos y suspiró.

Ella se preguntaba, ¿como y cuando se conocerían personalmente? ¿qué pretexto inventarían para hacer el viaje que les ofreciera esa magní´fica oportunidad?..

Y un día y otro, seguían hablando por el messenger; haciendo hermosos proyectos, para cuando estuvieran juntos... Y como el amor es capaz de superar todas

las barreras, se pusieron de acuerdo para planificar el viaje, que les haría culminar todos sus deseos.

Ella iría a casa de una amiga,que había conocido en internet, y la había invitado a pasar unos días en su país. El, pretextaría un viaje por razones de

trabajo,que la empresa le había encomendado.

Y así, pasaron los días,se fueron concretando sus proyectos, y llegó el momento tan ansiado de realizarlos. Acordaron viajar a una ciudad donde nadie les

conociera, de un país distinto al suyo... y cruzaron los mares y las tierras que les separaban, y llegaron, cada cual or su lado al aeropuerto de la ciudad

que sería su nido de amor.

Ella arribó unas horas antes, desde el aeropuerto, tomó un taxi,que la llevó al hotel. Allí se instaló,en espera de su amado; aprovechó ese lapsus de tiempo

para descansar de tan largo viaje. Cuando calculó que él iba a llegar, se arregló,se perfumó, y se dispuso a bajar a la recepción del hotel,pues no tenía

paciencia para esperar en su habitación. El la había llamado desde el aeropuerto,para decirle que ya estaba en camino,hacia el hotel.

Desde esta llamada,su corazón latía apresuradamente, estaba inquieta, sin saber lo que hacía,y sin poder concentrarse en nada.

En la recepción, se instaló en un sofá semioculto por unas vistosas plantas y esperó la llegada del hombre amado.

Impaciente,miraba su reloj, los minutos le parecían siglos...

Pero,al fin... se habrió la portezuela de un taxi, frente al hotel, y descendió un hombre apuesto,que, tras recoger, su maleta,y tomar su bolsa de mano,

franqueó la entrada,y llegó al mostrador de la recepción,preguntando si estaba alojada la señora en la habitación que habían reseervado a nombre de Pablo

Alarcón, mientras ella,había ido hacia donde él estaba,

y poniéndole una mano en el hombro,le dijo...¿tú eres Pablo, verdad? El se volvió, lentamente, se miraron a los ojos,y sin poder contenerse se fundieron

en un inmenso abrazo,ajenos a las miradas del recepcionista,que, al cabo de un rato, indicó al mozo que esperaba para llevar la maleta a la habitación;

"acommpaña a los señores,a la 224". y ellos le siguieron tomados de la mano,esbozando una sonrisa de felicidad.

Tras despedir al mozo,con una propina, la puerta se cerró, y quedaron solos,frente a frente.

No podían hablar, eran tantas las emociones que les embargaban... que solo musitaban palabras a medias, y sonreían, se acariciaban como si no creyeran

posible

,tanta dicha.

Luego se besaron, al principio con timidez, pero sin pensarlo, sus bocas se unieron, sus lenguas se enredaron, como si quisieran supcionarse hasta el alma.

Entre besos y caricias, se despojaron lentamente,de sus vestidos, se tendieron sobre la cama... y fundidos en un abrazo sin fin, se acariciaron mutuamente

sus cuerpos, con sus manos,y sus labios; hasta que él, la penetró, con su miembro erecto, hasta llegar al fondo de su destino. Entonces los invadieron

inmensas oleadas de placer, que les llevaron a culminar,entre grandes jadeos y suspiros, aquel amor, tan dulce y hermoso. Al fin,quedaron inmersos en

un mundo de placer,del que no querían regresar; luego,satisfechos y exaustos, se quedaron dormidos, juntos, muy juntos.

Y así pasaron la noche más hermosa de su vida; entregándo su mutuo amor,una y otra vez. Al fin,habían realizado sus sueños; estar juntos,era su meta,desde

que se conocían,virtualmente, pero ahora todo era distinto;se acariciaban, se tomaban de la mano, salían a pasear, por aquella linda ciudad, que era su

refugio, donde nadie les conocía.

Los días siguientes, fueron para ellos, como una luna de miel. Transcurrieron muy rápidos, pues el tiempo volaba, para ellos los días pasaban como segundos,

pues eran tan felices.

Fueron a ver los monumentos, museos, parques, tiendas, paseos, edificios más emblemáticos. todo lo recorrían tomados de la mano, y de vez en cuando, se

paraban sonreían, y se besaban como dos adolescentes, que mostraban su amor, a los cuatro vientos, sin importarles las miradas curiosas de los transeúntes,

ellos eran dichosos, lo missmo en días radiantes, que en medio de una tempestad, el mundo desaparecía,de su entorno, ellos solos eran su propio mundo;

una noche, salieron a pasear, y de pronto se les vino encima una lluvia torrencial, que envolvió toda la ciudad.

El ruido fue ensordecedor, el suelo se estremeció como si la tierra temblase. Esas dos manos se buscaron y entrelazaron sus dedos, con ternura, sin prestar

mayor atención a esa tormenta que se venía encima. La luz de un relámpago iluminó sus rostros, estaban pegados uno al otro, mirándose, con una suave sonrisa

en los labios y los ojos brillando más que esos rayos que surcaban el cielo. Apenas protegidos por un toldo proveniente de las casas que estaban a sus

espaldas, ellos miraban el cielo y como recibiendo una orden sus labios se buscaron para unirse en un dulce y apasionado beso. La tormenta que crecía era

para ellos como fuegos de artificio que celebraban ese acontecimiento tan natural y grandioso que es la llegada del amor a esos dos corazones que vibraban

y eran capaces de hacer ver pequeños a esos efectos naturales que en otro momento les habrían asustado. La lluvia se descolgó de las nubes para estar más

cerca de ellos. La tormenta se inclinaba ante sus pies como un lacayo que reconoce a su monarca, aunque esté disfrazado de invisible, lo reconoció en la

mirada de esos enamorados. Las nubes seguían rugiendo y dejándose segmentar en pequeñas gotas como la culminación de una tarea para regresar a la tierra

que le acogerá para fundirse en ella como lo hacían esos dos que ahora sonreían mientras el agua les mojaba el rostro. Ella suavemente dijo: está lloviendo,

él sonrió y contestó: sí! Como si antes no se hubiesen dado cuenta del fenómeno que estaba recorriendo los cielos de la ciudad.

Avanzaron uno pegado al otro como dos niños que juegan a esquivar las gotas de lluvia, sonreían y juntaban sus cabezas. Nos mojaremos dijo ella, él rió

la tomó de la mano y juntos entraron a un pequeño bar, de rústicas mesas, taburetes altos, estaba todo desordenado, se sentía frío el lugar, una muchacha

que atendía les quedó mirando era extraño que dos personas como ellos llegaran a ese lugar, qué tienen para servirse aquí preguntaron, la muchacha que

atendía dijo, bueno, hay panchos! ¿Qué es eso? El se apresuró a explicar, es un pan con salchichas, se miraron sonrientes y dijeron, eso está bien, dos

panchos y una cerveza grande!

La muchacha les observaba como comían, y bebían, sin dejar de sonreír, no entendía como podían hacer algo así, ellos se miraban, comían, hacían chocar
las

copas para brindar por algo que no decían con palabras, pero que no hacían falta, el amor se les salía por los poros.

Cuando abandonaron ese lugar la muchacha que les atendió sonreía y el frío había desaparecido, era como que todo estaba diferente, la luz era más fuerte,

el desvencijado lugar parecía haber cobrado vida, a fuera ya no llovía, la tormenta se había retirado dejando su huella sobre la calzada para contribuir

con la brillantez de esa noche, todo relucía, las luces de los vehículos en el suelo mojado, las calles estaban desiertas, nadie vio la luz que brotaba

de esos dos corazones que todo lo cambiaban y que ellos mismos cambiarían para siempre.

Los días siguientes, fueron espléndidos y radiantes, como el amor que inundaba aquellos dos corazones. Transcurrierohn sin que ellos lo advirtieran, y

llegó el día tan temido de la despedida; aquellas almas gemelas, se sintieron desoladas, tristes, rotas por lo que era inevitable.

La separación inminente, el final de su luna de miel; pasaron la última noche, juntos, como las otras noches... pero fué distinto, hubo momentos de angustia

y desesperación, con sus besos y caricias, se mezclaron abundantes lágrimas, era como el final de su vida.

Pero entre promesas, de amor, se fueron calmando. Al día siguiente, vivieron juntos todos los momentos, que les quedaban, y al fin... en el aeropuerto
de

aquella hermosa ciudad, anunciaron por megafonía, la partida del vuelo que ella tomaría para regresar a su país; él, la tomó entre sus brazos, y le prodigó

palabras cariñosas, y le dijo: "cúidate, mi amor... te amo, y nunca te olvidaré." Ella no pudo pronunciar palabra, pues el llanto le subió a la garganta,

y se vió invadida por una congoja infinita.

Al fin se separaron, y él quedó solo, en espera de la salida del avión que le trasladaría a su lugar de origen.

Y ahora siguen manteniendo su relación virtual, en espera de una próxima ocasión para encontrarse; es su meta, y su deseo, más que antes,pues la realidad,

superó con mucho, la ficción; y sus almas siguen unidas, cada vez más, y más.


Puri Aguila.





          El niño mira las olas, mientras su pelota flota y flota, valanceándose, en el flujo y reflujo… El se sumerge hasta la cintura, para rescatar su balón; mas no lo alcanza; pero cada vez se va más adentro, hasta que el agua le llega al cuello, y ya no puede regresar a la orilla.
          Su cuerpecito se valancea, una y otra vez, se debate y patalea; mas esto no es una noria, ni los caballitos de la feria, donde él lo pasaba tan bien… este balanceo le produce angustia y pánico, pues no puede agarrarse a nada, le escuecen sus ojitos, y su garganta se llena de un líquido salado, que lo ahoga y no puede respirar.
          Cada vez más, le falta el aire; las olas lo cubren llenando su boca nariz y oídos, del agua salada que todo lo inunda, y le hace sentirse  al borde de la muerte.
          Pierde pie, y sus pulmones ya no pueden inalar el aire, todo es agua y más agua. Ya no ve ni oye, cuando algo se agarra a su pie, y tira más y mas… hasta que denuevo, sus manitas tocan la arena, y deja de tragar el agua salada que todo lo llena… y `pierde el sentido, todo es silencio y oscuridad; más unos bañistas, ven con estupor, como un perro que parecía jugar con una pelota… arrastra el cuerpecito inerte de un niño, que gracias a su fiel amigo, vuelve a la vida.

                    Puri Aguila
 


LA CASA DE MI INFANCIA.

          Hoy recuerdo con nostalgia infinita, aquel humilde rincón de mi país, donde transcurrieron los primeros años de mi vida… Era un pueblito de pocos habitantes, situado en la Catalunya interior, entre montañas… al cual, se llegaba por una estrecha carretera, llena de curvas y vaches, donde uhn destartalado autobús, hacía diariamente el mismo recorrido, uniendo varios pueblos, hasta llegar a la capital de la provincia, donde los humildes campesinos, iban a hacer sus compras… a gestionar algún asunto burocrático, o  a la visita de algún médico especialista, ya que a mi pueglo, solo llegabacuando era urgente, un galeno rural, que visitaba a todos los enfermos de aquella comarca.

Como comprenderéis os hablo de los años 50 del pasado siglo.
          Yo vivía junto a mis padres, era hija única, pues mi hermana mayor, ya se había marchado a trabajar a la ciudad…
          Mi casa, era pequeña; pero muy acogedora… la puerta principal, formaba un arco, rematado por ladrillos de canto, que le daban un aspecto antiguo, aunque humilde, pues no tenía escudos ni blasones, solo era una casita de campesinos, con su patio, interior, y su corral, en la planta baja, donde pululaban conejos y gallinas, que contribuían a nuestro sustento.
          Subiendo desde el patio un pequeño tramo de escaleras, se llegaba a una estancia, que era a la vez, cocina y comedor, pues tenía un hogar de leña, y una mesa camilla, donde mis padres y yo, comíamos y cenábamos, lo que gracias al sueldo de mi padre, se podía comprar, o bien, la carne y huevos, que nos daban nuestros animales de corral.

          En invierno, en el hogar, crepitaba la leña, y también mi madre guisaba, arrimando al fuego, las cacerolas de barro, tan típicas de entonces.
Éstas se colocaban, sobre un soporte metálico, de hierro, de 3 patas, para que el fuego no las rompiera.
          El calor de los leños, se extendía por la estancia, y llegaba a calentar gran parte de la casa. Cerca del fuego, 1 o 2 gatos, dormían apaciblemente, ronroneando, al calor de la lumbre; mis padres charlaban, o escuchaban las noticias de Radio Nacional, pues todas las emisoras, conectaban con la misma.

Otras veces se escuchaban Radio Andorra, que emitía discos dedicados, por un cumpleaños, una primera comunión, etc. También mi padre escuchaba, Radio España independiente, donde llegaban las noticias del extranjero, sin filtraciones de la dictadura.

                    No existía la televisión; tan solo algunos vecinos muy afortunados, la tenían en blanco y negro… pero sí la radio, en la que escuchábamos las noticias, y seriales que la dictadura nos permitía oír; las noches de invierno, eran largas; pero mi padre, las amenizaba leyendo en voz alta, para mi madre y para mí, alguna novela o revista de la época.

          En el piso de arriba, había 2 habitaciones, o dormitorios;
 uno para mis padres, y el otro para mí.

 En uno de ellos, había una gran ventana que daba a la calle, desde donde se veía la salida del sol, y las montañas que rodeaban mi pueblo, en el otro dormitorio, había un pequeño balcón, que daba al corral, desde donde se bislumbraba el sol de la tarde, y la carretera sinuosa, que a través de campos y huertos, nos abría paso hacia el exterior, pues las gentes iban y venían en sus carros, o en animales de tiro, cargados con los productos de la agricultura, típica de aquél lugar.

          En cambio las noches de verano… eran hhermosas, pues todos los vecinos, se sentaban a la puerta de sus casas, y charlaban de todo un poco… mientras los niños y niñas, jugábamos, al escondite, a saltar a la comba, o al corro… aún recuerdo aquellas canciones, que pasaron de generación en generación, y nuestras alegres voces, cantando:

 Yo soy la viudita, del Conde Laurel, quisiera casarme, y no encuentro con quién; o, ¿Dónde están las llaves? matalilerilerile, en el fondo del mar… etc.
Mi infancia fue el tiempo más feliz de mi vida; pero ya solo está en mi recuerdo.

                                      Puri Aguila.   



Esa moza del pueblo, que lleva sobre su cabeza un barreño lleno de ropa limpia para tender al sol, ya va camino de la ancianidad; siempre fue espectadora de la vida ajena, como lo era de las sucesivas primaveras que vivió, sin disfrutar plenamente del amor, aunque el aroma de las plantas y flores, embriagaron su corazón y su sensualidad femenina, se transformó en un nimbo lleno de voluptuosidad, y su espíritu se llenó de nostalgia de cosas perdidas. Pero aún es Virgen y mártir.

Desde muy niña, ayudó en los quehaceres de su casa, cuidando del ganado, lavando la ropa en el río, yendo a cojer leña para guisar... era tan hacendosa y pulida, que su madre pensó que podría atender a sus hermanos y a ella misma cuando fuera vieja y estuviera enferma, y ¿por qué no? hasta la hora de su muerte.
Y le enseñó todas las tareas de la casa, a hacer la comida y llevarla al campo donde su padre y hermanos trabajaban, unos como pastores y otros labrando la tierra para que diera sus frutos y cuidando los huertos para recoger verduras y hortalizas que enriquecían el patrimonio de aquella familia campesina.
Cuando Carmen iba a jugar con sus amigas, su madre tan rígida, egoísta y comodona, la llamaba para cumplir alguna obligación...
¡Trae agua de la fuente!
¡ve a dar de comer a las gallinas y los demás animales del corral! Y así iban pasando los días para la pobre Carmen, que iba creciendo al servicio de los suyos...
Como el cura predicaba en la iglesia, las niñas debían mantenerse lejos de los chicos, que eran un peligro para su alma, pues las inducían al pecado de la impureza y eso estaba muy mal...
Y el qué dirán... en aquella sociedad rural, todo era mal visto, había que ser pura y casta para que algún mozo se fijara en una chica, todas tenían faltas, una demasiado coqueta, otra muy fácil, para llevarla al huerto, otra tan estrecha, que no invitaba a los mozos al requiebro ni a meter mano, no fuera a caer alguna bofetada...
De eso se aprovechó su familia para tennerla a buen recaudo, libre de tentaciones, para que no volara del nido, privándolos de sus servicios inestimables.
Los años iban pasando, y Carmen iba creciendo en un ambiente enrarecido, donde debido a su humildad, todos la trataban como la criada de la casa,empezando por su madre, que la apartaba del trato con los demás, hasta el punto que poco a poco, el padre murió y los hermanos se fueron casando y ella quedó sola con su madre y un hermano soltero, mediocre, algo tirano y dictador que llevaba las riendas de la casa y las fincas.
Cuando llegaban las fiestas del pueblo, y venían sus hermanos, cuñadas y sobrinos... la Tía Carmen, hacía la comida servía la mesa, era la cenicienta de la familia, y cuando por la noche iba al baile de la fiesta, se quedaba sentada, sin bailar, pues los mozos la encontraban poco atractiva ya que, debido a que no ganaba un sueldo, no tenía dinero para comprarse un bonito vestido ni engalanarse para aparentar más belleza de la que la Naturaleza le había otorgado.
El tiempo pasaba y las chicas de su edad eran casadas y con hijos... y a ella, por sus muchas obligaciones, y pocas relaciones sociales no le había salido novio, ya que si algún mozo la pretendió, su madre y hermano los apartaron porque la necesitaban en casa.
Ella se daba cuenta de todo; pero no se atrevía a revelarse porque a penas había ido a la escuela, y casi no sabía leer ni escribir, y el respeto y la obediencia a los suyos eran algo sagrado; mas, su inteligencia era despierta y por su trato constante con el mundo rural, conocía la hora por la posición del sol aunque no llevara reloj, y de noche soñaba viendo el paso de las constelaciones de estrellas , con algún mozo que la quisiera, la estrechara entre sus brazos, y ¿por qué no? la llevara a un pajar donde ambos retozaran juntos hasta quedar extenuados...
Viendo los hijos de las mujeres de su edad, pensaba que ella hubiera sido una buena madre, si el egoísmo de los suyos no hubiera interumpido su carrera de esposa y ama de su casa, y no como ahora, que solo era una vieja solterona, destinada a cuidar de todos, sin recibir nada a cambio, mas que regañinas cuando hacía algo mal, o descuidaba algún quehacer doméstico... Al fin, su madre murió, sin que ninguno de sus hermanos o cuñadas se hiciera cargo de nada, solo ella, la aseó, le dió de comer y la atendió en sus últimos momentos, tal como la vieja había previsto, privando a Carmen de una vida feliz junto a un hombre bueno y cariñoso, y unos hijos que la llenaran de alegría... Pero nada de eso tenía, solo un hermano soltero como ella, que astiado envejecía a su lado, y no esperaba nada de la vida, si no ir a un asilo cuando las fuerzas la abandonaran...
¡Ay de mí, no tengo a nadie que me quiera! se decía entre lágrimas, y sus noches eran sueños de felicidad extinguidos antes de hacerse realidad... Si algún mozo le decía un cumplido, ella se ruborizaba y sonreía con tristeza, sabiendo que no iría más lejos aquel galán solo de palabra, y que su cama estaría vacía sin besos ni caricias que la confortaran... Ella necesitaba tanto el contacto físico de un amante que la hiciera llegar al cielo... Pero estaba pegada a la tierra, por culpa de los curas que de pequeña la infundieron una estrechez mental que nunca la abandonó.
Y así, fiel a la rutina de su triste vida, veía pasar los años, y ella se convirtió en una anciana grave y apacible, desencantada del mundo, virgen y mártir, que esperaba el fin de sus días, sin pena ni gloria, sin dejar huella perdurable de su paso, pues no tuvo hijos, ni escribió un libro, tal vez sí, plantó algún Arbol, que anónimo a las manos que le dieron vida, creció y da sombra a quien se cobija bajo sus ramas.


Puri Aguila.





          mi querido vendedor de cupones:
¡Qué difícil y abnegado es tu trabajo…  Siempre esperando que alguien se acerque a tí, para demandarte un cupón, que cambie su vida, dándole un respiro económico, para salir de un problema como la hipoteca del piso, o unpréstamo bancario, para comprar muebles, o financiarse unas vacaciones…
          Los clientes te consideran un mago de la suerte, que puedes predecir el número ganador; pero nada más lejos de la realidad, pues solo te ganas la vida vendiendo el producto que una institución, te proporciona, para que, por medio de tu trabajo, la sostengas y colabores a sus fines sociales, que son muchos y muy buenos, para tus compañeros discapacitados como tú; pero llega el tiempo de las vacas flacas, de la competencia desleal, en otros sectores del juego, de la lucha por la subsistencia de cada individuo… y los productos se multiplican, y cambian sus estructuras, desconcertando al público, que ya no sabe lo que compra, pues lo tradicional, da paso a lo sofisticado y difícil de tantos juegos diferentes.          Y tú, cada vez más confundido, ya no sabes lo que vendes, pues nadie te consultó sobre lo más conveniente y eficaz para la continuidad y fidelidad de los clientes, ya que en el laberinto de tanto juego, no saben ni distinguen, lo  que es más conveniente, para ayudar a la Organización benéfica que tantos problemas ha resuelto a los ciegos y otros discapacitados, que gracias al cupón, han encauzado su vida y la de su familia.
          Ahora te aburres en tu kiosco, y te insinúan que vayas en busca del cliente, que ofrezcas tus numerosas mercancías, a un público agobiado con tanta oferta de juego, que ya no sabe a qué opción apostar.
          Ten paciencia, amigo; y lucha día a día, por tu supervivencia y la de tu familia, que ahora tus ingresos son tan escasos… No como los de tus antiguos compañeros, que se permitían una vida regalada, abundante de lujos y despilfarro, con sueldos por encima de cualquier trabajador… Más, ¡ay! Eso terminó, y te aburres de insistir, en que lo tuyo es lo mejor, a sabiendas de que todo ha cambiado, que tu querida Institución, ya no puede prestar tantos servicios como antes, que tu sueldo es mínimo, para sostener tus necesidades y las de tu familia…
          Ten calma, amigo, y no desesperes, a ver si llegan tiempos mejores, como los de antes, en que nuestro colectivo iba viento en popa, siempre adelante, con el verdadero progreso y libertad, que te daban una entidad rica y poderosa, en la que siempre podías confiar.
          Antes se finaciaban incluso equipos deportivos, y otras empresas… ahora se piden recursos al gobierno de turno… ¡qué contradicciones tiene la vida!
          Tal como están las cosas, te dan ganas de llegar a la jubilación, para vivir de una pensión fija, aunque sea modesta; al menos ya no has de soportar el estrés de una competencia desleal, que puede llegar incluso de tus mismos compañeros, pues ya no hay zonas de venta, delimitadas para cada uno… Ahora impera la ley del más fuerte, o del que tenga más movilidad.
Mis mejores deseos de una pronta recuperación;
 tu amiga,
                              Puri Aguila.    
 


     CARTA A UN VECINO SOLITARIO.

          Estimado vecino:
Hoy va mi carta para ti, que tan cerca estás de mí, y sin embargo no nos conocemos.

        Vivimos en el mismo rellano, en la misma casa, y a penas cruzamos unas palabras, cuando nos encontramos en el ascensor, pero hablamos por no callar.
-¡Buenos días! Parece que hoy hace buen tiempo… sí, ya dejó de llover… no hace tanto frío… Y así, sucesivamente, y nada más.

        Esto pasa en las grandes ciudades, donde nadie se conoce, y se pasa al lado de la gente, sin mirar, ignorando qué problema o necesidad tiene la persona que se cruza con nosotros.

        Pero, el colmo de la soledad, es no saber nada de quien pared por medio, comparte con nosotros, ruidos, silencios, sin saber nada de nada.
Tal vez, inmerso en el dolor por la pérdida de un ser querido, o por la enfermedad, o problemas que tal vez nosotros, podríamos ayudar a resolver, dando ánimos o colaborando de algún modo eficaz… Es una pena, que ancianos que viven solos, aparecen muertos en su piso, porque nadie los echó de menos, y cuando se dieron cuenta de su ausencia, ya era demasiado tarde.

                En los pequeños núcleos de población, todos se conocen y se ayudan; formando algo muy compacto, e indisoluble, que es la buena vecindad. En las grandes ciudades, a pesar de sus aglomeraciones, y de que vivimos amontonados… al menor soplo de aire, nos dispersamos como hojas secas, como bandadas de pájaros asustados, los cuales buscan precipitadamente, sus minúsculos nidos, donde a penas se cabe, y no hay espacio ni tiempo libre, para pensar en los demás.

        Por eso, vecino, nos refugiamos en internet, para poder comunicarnos, y atenuar nuestra soledad… Y ¿quién sabe? A lo mejor usted y yo tenemos las mismas aficiones y gustos, y si habláramos, nos podríamos pasar o prestar algún video, o libro, o viendo juntos alguna película o documental, podríamos intercambiar opiniones, comentarios… Pero eso es una quimera, cada cual permanecemos solos en nuestro apartamento, y si queremos establecer relaciones sociales, tenemos que recurrir al chat, o a lugares que están muy lejos de casa… habiendo tanta gente en este bloque de viviendas… pudiendo compartir, una buena charla, y una taza de mate o café… ¡Cuánto bueno nos estamos perdiendo, tal vez sin saberlo, por nuestra falta de comunicación!.

        Me dan ganas de echar en cada buzón de correos, una copia de este escrito, tal vez alguien respondería y la necesidad de comunicarse, se propagaría entre los vecinos que compartimos esta comunidad, tan cercana, y al mismo tiempo, tan lejana.

        Un cordial saludo de su vecina…

Puri Aguila.
  



¿Cuántas noches de fin de año han pasado juntos? A penas se acuerdan, pues son tantas… Desde que unieron sus vidas en la Iglesia de su barrio, ante Dios, los amigos y familiares que les felicitaban por su enlace.

Han pasado más de 40 años, desde aquel día, tan feliz, rodeados de ilusiones y buenos deseos, por parte de todos los concurrentes, de los cuales, la gran mayoría ya han muerto… Solo quedan los que eran jóvenes como los novios, y no todos;pero los padres, tíos y primos de más edad, ya no están entre nosotros.

Y aquella pareja tan feliz y sonriente, ya son ancianos, y su vida ha transcurrido entre penas y alegrías, más de las primeras que de las últimas.

Y ahora viven de recuerdos, como antaño vivieron sus padres; y miran el viejo álbum de fotos en blanco y negro del día de su boda, y se ven así mismos, tan jóvenes y elegantes… Ella con su traje blanco y su diadema de guirnaldas, y su ramo de azahar, tan bella y sonriente.

Él, con su traje oscuro, azul marino o negro, en la foto no se distingue, y su camisa blanca, y una corbata que se ve en gris claro, con un gravado minúsculo, y en el bolsillo anterior de la chaqueta, un pañuelito y un clavel blanco… ¡Qué guapos y jóvenes estaban los dos!.

Mas el tiempo ha pasado inexorablemente, y ahora ya están juvilados,y sus hijos son independientes, cuidando de su propia familia, y divirtiéndose esta noche vieja con sus amigos, jóvenes como ellos.

Los tristes esposos, que ya no disfrutan de buena salud, cada vez son menos necesarios, y casi nadie cuenta con ellos, por lo que ésta noche vieja, la pasarán solos en su casa, sin hablar a penas, con sus almas inundadas por los recuerdos, de tantos familiares  y amigos, que se fueron para siempre.

¡Cuánta nostalgia! Tanta soledad les llena de tristeza, y piensan que tal vez, sería mejor estar en una residencia de ancianos, rodeados de personas solas como ellos, que charlan entre sí, y se unen en el mismo espacio y se alegran de compartir sus vivencias y recuerdos.

Mas ellos están solos de verdad, sin nadie que los anime en su decaimiento moral y espiritual; y así, cenarán juntos, la comida de régimen que les permiten los médicos, y pocos dulces, pues la diabetes no perdona y puede matar, y la tensión sanguínea, no es compatible con los manjares de fin de año.

Así es que, tras cenar algo ligero y tomarse las uvas, mientras la televisión transmite las campanadas, desde el reloj de la Puerta del Sol, comerán un pedacito de turrón y beberán una copita de cava, para brindar por el nuevo año, que poco a poco, les conduce al final de sus vidas.

Luego se irán a la cama, a esperar un nuevo día, que corresponderá a otro año diferente, pero igual al pasado, porque  para ellos, ya no cambia casi nada.

Puri Aguila.
 


Trabajar en equipo.

       Como ya es sabido, en este mundo hay de todo, bueno y malo; pero a ser posible, se debe optar por la primera opción, aunque es la que produce más desilusiones y desengaños.

       Quien obra mal, no tiene remordimientos de conciencia, pues si los tuviera, no lo haría; pero el que obra bien, cada noche duerme tranquilo y sosegado,porque tiene la satisfacción del deber cumplido,consigo mismo y con los que le rodean.

       En el trabajo, el que da todo lo que tiene, tarde o temprano suscita envidias y rencores, que le hacen mal visto entre sus compañeros, que le ven como una persona engreída y con complejo de superioridad.

       Si se trabaja en equipo, se encuentra gente honrrada y honesta; pero también los pelotas de turno, que se arrastran ante los jefes, para caer bien y recibir los cometidos más importantes en el equipo de trabajo.

       Quien se atreve a dar la cara y trata de enmendar cualquier fallo o injusticia, pronto es mal quisto por el jefe o jefa del equipo, quien temiendo que le haga sombra, pergeña una trama, para que el fiel trabajador, se vea involucrado en el punto de mira de sus compañeros, que por no decepcionar a su jefecillo, no se atreven a valorar la honradez y el trabajo limpio del que es sincero y honesto, y busca el progreso de la empresa, corrijiendo herrores     , y mostrando su bienhacer, por encima de todo.

       Los equipos de trabajo, han de estar motivados para ir todos a una, respetando la opinión y libertad de criterios, de todos los componentes; pero si el jefe es un pobre hombre, dictador con delirios de grandeza, convierte el equipo en su feudo, Dando prevendas y privilegios, a los acólitos más fieles y sumisos, y hace y deshace a su antojo, y si alguien le hace ver sus herrores, está despedido, o sufre acoso laboral, hasta que ha de dejar el trabajo, o vive mal considerado y oprimido por el Señor feudal, y sus acólitos, que se alegran de no tener entre ellos, un garbanzo negro, que impida las irregularidades del equipo, diciendo la verdad y reclamando sus derechos.

       Si el trabajador es despedido, según el capo, es porque sus espectativas de trabajo, están fuera de lugar, o desfasadas, o, no existen, o no son útiles y necesarias, para el buen funcionamiento de su equipo de aduladores y pelotas, aunque el trabajador despedido, tenga los mejores proyectos de trabajo, mejoras, innovaciones, y superación y entrega al equipo.

       Esto es lo que se llama acoso laboral, y sufren tantos trabajadores.
       Por desgracia, en estos casos, el que más da, menos recibe; pero la conciencia individual, hace que la persona honesta, sea feliz, aunque con un deje amargo, por la decepción y la pena de ser imcomprendido y marginado por su sinceridad y honradez.

       Parece mentira que en un país democrático, existan pequeñas dictaduras, o feudos, donde se trata como esclavos a los trabajadores, volviendo a la época, en que el trabajo era esclavitud, o suplicio.

       En un país, donde se habla libremente, en los parlamentos nacional o autonómicos; allí los diputados fieles a sus ideas, las defienden  ante todos, con total libertad, con las réplicas y razonamientos de los partidos rivales;pero si temor a represalias, como el los tiempos de la dictadura franquista, en que ser disidente, era un delito, castigado con la cárcel, y a veces con la muerte


                              Puri Aguila.
 


UNA VENTANA ABIERTA

¡Ay qué triste es la vida para quien lo da todo acambio de nada!
    Así pensaba ella, siempre sola entre la multitud, cuando analizando casi 40 años de matrimonio,se daba cuenta de que sus esfuerzos para hacer más llevadera la convivencia, caían siempre en saco roto.
    Era como si un recipiente agujereado dejara escapar su líquido contenido por un desagüe sin retorno.
    En su época de novios, él era tan amable y complaciente, todo le parecía bien, hasta el punto de que ella creía que siempre podría mandar en todo, lo cual le disgustaba, ya que la igualdad entre ambos, las opiniones compartidas y el consenso en la pareja es lo mejor; pero una vez casados,él se volvió un hombre celoso, desagradable y cínico...
 todo cambió y las riñas y descontentos estuvieron a la orden del día.
    Cuando era joven, su marido solo pensaba en trabajar, y los ratos de ocio, los dedicaba a sus amigotes y a ver por televisión los partidos de fútbol, que copaban la mayor parte de su tiempo...
    Ella era un ama de llaves, siempre dispuesta a tenerlo todo en orden, y eso es lo que él esperaba y exijía.    Todo lo que ella proponía, a él le parecían estupideces. Y muchas veces estuvieron a punto de separarse; pero pensando en los niños y el tráuma que esto les podría causar, ella aguantó pacientemente, pasando por alto los agravios y sinsabores de su vida conyugal. 
    Pasaron varios años y como
    Sus hijos ya se habían emancipado y vivían su propia vida y ahora que el matrimonio ya estaba juvilado, como no compartían las mismas aficiones, cada cual por separado se distraía a su modo, sin contar con el otro miembro de la pareja.
    Ella salía con sus amigas de compras y a merendar; pero la lectura de las revistas del corazón...aquellos chismes y cotilleos, no la satisfacían en absoluto. Sentía un vacío tan grande y una depresión tan intensa, que tuvo que visitar a psicólogos, pues creía volverse loca en aquel desierto tan desprovisto de amor y con tantas carencias, que la hacían sentirse como una flor sin riego que muere por falta de cuidados; pero era fuerte y no sucumbió, e intentó salir de aquel pozo sin fondo y lo consiguió. 

    Así es que se dedicó más a leer, libros selectos, escuchar buena música, ver teatro y buenas películas... Y si comentaba algo con su marido, él le respondía con tal frialdad e indiferencia, que la dejaba helada, pues nada de lo que le pudiera decir, le importaba lo más mínimo. Era un hombre pasivo e insensible, que solo criticaba las inquietudes que ella pudiera tener, tachándolas de tonterías, y pérdidas de tiempo. Tal vez fuera porque él se sentía incapaz de buscar una vida mejor.
Entre las actividades que ella empezó a practicar después de su juvilación, lo que más le gustaba eran las manualidades y la informática, la cual le parecía un milagro de la técnica...
¡Qué maravilla, poder conocer a través del chat a personas del otro lado del mundo!
Se aficionó a escribir sus pensamientos, y buscar cosas interesantes que acrecentaron su cultura y la hicieron conocer tantas cosas que ella ni siquiera imaginaba...
Se aficionó a escribir e investigar temas literarios y artísticos, que en gran parte llenaron su vida, antes tan vacía. Y gracias a Internet, encontró buenos amigos virtuales, de entre los cuales sobresalía un caballero que por sus gustos y aficiones, tan semejantes a los suyos, pronto empezaron a congeniar y hablar de temas más profundos y trascendentales, hasta que su relación se convirtió en una verdadera amistad.

Todas las noches, mientras su esposo escuchaba programas deportivos en la radio o veía la televisión, ella encendía el ordenador, y pronto se encontraba con su amigo virtual, y charlaban a través de skype, de los más diversos temas, literatura, cine, música, leyendas y tradiciones de sus países...
    Y a veces, ¿por qué no? de su vida personal.
 Él como ella, compartía su existencia con una mujer vulgar, que ignoraba sus cualidades y desdeñaba sus inquietudes... En el fondo, eran 2 almas gemelas, y solitarias que se encontraron en la Red de redes...
Mas la distancia que les separaba eran tan inmensa, miles de kilómetros y un gran océano eran su barrera infranqueable; pero sus almas permanecían juntas, aunque sin la más remota esperanza de unir sus cuerpos algún día.
    Al principio de su amistad, el teclado era su medio de comunicación; pero más adelante, escuchaban sus voces, dulces y apacibles, que les hacían sentir las más agradables sensaciones, y por último la web Cam, les facilitó que pudieran verse y oírse... Era algo emocionante poder ver los gestos y escuchar las palabras llenas de amor y entendimiento, que cruzaban la inmensa distancia tanto, que les parecía estar juntos; pero no podían sellar su amor con un beso, ni acariciar su piel...
 Estaban tan cerca y tan lejos al mismo tiempo; pero la pantalla era como una ventana abierta que les permitía verse oírse y amarse, tanto o más que si estuvieran compartiendo el mismo espacio físico.
    Aquella ventana se abría cada noche, para dejar ver la luz del sol, que  radiante iluminaba el camino de los dos amantes hasta crear una sola senda donde ambos imaginaban ir tomados de las manos, unidos para siempre.
      Como sus deseos de encontrarse no eran satisfechos, por las adversas circunstancias personales, de edad y salud, a veces se desesperan y se deprimen perdiendo la fe  y la esperanza;pero
 ellos juran que si hay  una vida más allá de la muerte, se encontrarán y estarán juntos, por toda la eternidad. 

Puri Aguila.

 

 


Autenticidad

Ahora, en el otoño de mi vida,voy descubriendo muchas cosas, que cuando era joven, me pasabhan desapercibidas. Por ejemplo, he descubierto que me gusta
escribir, que me he vuelto mucho más sensible a los detalles, por mínimos que sean, que la amistad es algo de un valor incalculable, y que las personas
que son auténticas, y que se manifiestan tal como son, se sienten mucho más satisfechas de sí mismas, y encuentran un gran placer espiritual, y una gran
tranquilidad de conciencia.

Ahora pienso con nostalgia, en muchas cosas que pude hacer y no hice, en muchas personas que no valoré como se merecían, pero lo hecho, hechoestá, y no
hay vuelta de hoja, pues el tiempo nunca regresa, y hay que aprovechar lo que nos queda, para rectificar,y hacer todo lo mejor posible para alcanzar la
plena satisfacción y paz con uno mismo.

He comprobado, que cuando me manifiesto tal como soy, sin fingir cualidades ni defectos, los demás me aprecian por lo que soy, y no por lo que aparento ser.
 De este modo, cultivo las amistades que verdaderamente me interesan, que tienen similitudes con mi modo de pensar, que me aprecian con mis virtudes
y mis defectos... no sé.... todo me parece más real y auténtico.

Siento verdadera lástima, por quienes venden sus ideas, para supeditarse a las de otros, para conseguir un trabajo, o un beneficio económico; de quienes
fingen virtudes que no poseen, para conquistar una pareja. Es triste ver como los individuos se venden para ascender en la sociedad, o en la política,
mintiendo y demostrando lo que no son.

Pero a la larga, no se puede fingir siempre, y tarde o temprano, se descubren las verdaderas cualidades de la gente, y las personas sinceras, siempre salen
ganando.
Puri Aguila.


Monólogo De Una Amante Frustrada (Relato)

Recuerdo con nostalgia, como te conocí. Un hermoso día de primavera, yo iba presurosa a mi trabajo, coincidimos en el autobús, nos bajamos en la misma
parada, no sé si por casualidad, o fue porque tú hiciste que así fuera; ¡¡¡¡tte importa que te acompañe? me dijiste con una aaamable sonrisa.... yo no
supe negarme, pues no vi mal en ello; pero te dije, "tengo prisa, voy a mi trabajo. pues, yo no tengo nada que hacer así tu camino será más breve... y
así anduvimos, el corto trayecto que fué muy ameno, pues empezamos a charlar, amistosamente, y en verdad, fué para mí un instante.

Al día siguiente cuando yo bajé a desayunar, volví a encontrarte, me estabas esperando, a las puertas de mi oficina, vi en tus ojos claros, una bondad,
y limpieza de alma, que me caló muy hondo. Pero no le di mayor importancia, hablamos de nuestras aficiones, de nuestros proyectos, éramos tan parecidos,
nos gustaban las mismas cosas, la misma música, los mismos libros, películas... viajes....naturaleza....

Y así pasaron varios días; yo te consideraba un buen amigo, pero nada más... O es que quería engañarme a mí misma, para ocultar lo que iba naciendo en
mí? Tú me hablabas de tu vida, de tu profesión, tocabas en una orquesta, que actuaba en una sala de fiestas, componías canciones,y otras piezas de estilo
más clásico, una vez me obsequiaste con una grabación interpretada portí. luego yo en casa, la escuché una y otra vez. Inocente de mí todo aquello, me
iba envolviendo en una seda, cuya suavidad, era un bálsamo para mi alma, pero no quería darle importancia, "es una buena amistad, sin más" me decía a mí
misma, para acallar mis remordimientos, pues yo ya estaba comprometida con un hombre bueno, que me amaba, y yo también, pero no tanto. Dentro de poco tiempo,
iba a casarme, ya tenía todo el ajuar, y los preparativos para mi próxima boda.

Un día, alfinal de una de nuestras inocentes charlas, tu, me confesaste que me amabas, que yo era la mujer de tu vida. yo, quedé anonadada por aquella
declaración, tan deseada, como temida.

Entonces, te dije, que tenía novio, que dentro de poco me iba a casar, que aquello no podía ser. Entonces tú, bajaste la mirada, y tristemente, dijiste....
"ya veo que he llegado demasiado tarde, !qué lástima, conmigo estarías como una reina, podrías hacer realidad, tus inquietudes. "no puedo faltar a mi palabra,
estoy prometida a un hombre bueno, y por nada del mundo le haría tanto daño, no puedo alzar mi felicidad, sobre la infelicidad de los demás. Entonces tú
me dijiste... !mientras no estés casada, puedo expresarte mis sentimientos, cuando seas la mujer de otro, callaré para siempre

Y así nos despedimos, con todo el dolor de nuestro corazón... El siguió su camino, yo me uní a quien quería ser mi esposo.

Han ido pasando los años, cada vez que tenía un problema en mi matrimonio, me preguntaba, ¿cómo hubiera sido mi vida con él? !qué cobarde fui! arruiné
mi vida por cummmplir una promesa que nadie me ha agradecido nunca! Mi esposo, era bueno, pero materialista, apegado a las cosas tribiales, posesivo, y
no entendía los conflictos ni las satisfacciones del alma. Y Así pasa mi vida, sola, en medio de la multitud, vacía por la incomprensión derrotada, porque
no pude realizar ninguno de mis proyectos... Siento una inmensa nostalgia, te he visto alguna vez del brazo con tu mujer, me has saludado con tristeza....
pues a tí te sucede lo mismo que a mí. Los dos, somos desgraciados, por no haber sabido tomar la decisión definitiva que habría cambiado para siempre nuestras
vidas.

Y Ellos viven ignorantes de lo que nos sucede, y nosotros no somos capaces de aprobar aquella asignatura que quedó pendiente, en nuestra juventud, y hemos
sacrificado nuestra vida inútilmente, pues nuestro sacrificio solo nos trajo, infelicidad y desconsuelo.

Todavía, cuando me saludas fingiendo indiferencia, yo sé que lamentas, como yo... que no estemos juntos hasta que la muerte nos separe.

Puri Aguila

 


AMOR SIN SEXO.

En la residencia de mayores, se estaba celebrando la noche de fin de año; pero, el grupo de ancianos, hombres i mujeres, aunque sonreían, al ver y escuchar los improvisados espectáculos que algunos aficionados les ofrecían,estaban pensando en su antiguo hogar, y sus familias, que según alegaban,por motivos de trabajo, no podían atenderles...

La cena se anticipaba a las 12 de la noche, pues a esa hora,ya estaban todos en la cama.
    Aquella mañana, su hijo había llamado por teléfono, a una mujer, de casi 80 años, que estaba muy triste, y un poco apartada del
bullicioso grupo, que aplaudía las actuaciones, y coma suculenta cena de noche vieja, y degustaba las golosinas navideñas, que las empleadas de la residencia, les presentaban...
Ella, pensaba en su difunto marido, y en sus hijos...
 Uno, también fallecido, y el otro, lejos de allí, por su trabajo, y con su esposa e hijos, que le absorbían, hasta olvidarse de su pobre madre, que se iba apagando lentamehnte, como una lamparilla, y mustiándose, como una flor marchita, esperando la muerte.

Él le había dicho que todos estaban muy bien; pero le era imposible ir a verla... Ella, aparentó conformidad y paciencia, y le dijo, que no se preocupase, que ella estaba bien; pero la procesión, iba por dentro; pues allí, todos eran residuos de una vida pasada, próxima a estinguirse...
 no había amigos ni nadie, en quien confiar, ya que, algunas mentes, estaban perturbadas por el Alceimer, y no podían seguir una conversación estable...
otros, arrastraban en su vejez, las manías y rarezas de toda su vida,
aumentadas por la amargura y la depresión.
    Ella, había cuidado a sus nietos, hasta que su hijo, se trasladó a otra ciudad, y prefirió quedarse en su casa, con sus recuerdos, hasta que las enfermedades, la fueron minando, y debido a su situación, tuvo que trasladarse a una residencia, donde la trataban bien, de un modo profesional, pero frío y distante.
    Hacía unos días, había ingresado un hombre, también mayor, pero apuesto y distinguido, a pesar de su edad, que demostraba tener una gran cultura, sensibilidad y  y buen gusto.
    Habían charlado varias veces de su vida pasada, de su trabajo, sus aficiones, y se entendían muy bien, pues les unía su amor por la lectura, la poesía, el arte y la Naturaleza.
Congeniaban a las mil maravillas, y en mútua compañía, hasta la residencia, les parecía un paraíso.
    Paseaban por el jardín, cojidos de la mano, y al despedirse  se daban un beso puro y casto en la mejilla; pero juntos eran muy felices y dichosos.
    Aquella noche, él le entregó una nota, que era un poema dedicado a ella, y tras ponerse las gafas, con mano temblorosa,pudo leerlo, y decía así:

En este fin de año, yo quisiera,
decirte lo que mi corazón siente,
Ya cercano el final  de nuestra vida,
Cual bello atardecer de primavera,
permaneces en mi alma y en mi mente;
con tenue luz tus ojos me cautivan,
cual resplandor de radiantes estrellas.
Aunque no exista la pasión de antaño,
ni el fuego de mis labios en los tuyos,
sin los vaivenes y los desengaños,
que causan los amores inmaduros,
nos abrasamos en la misma lumbre,
cuyo rescoldo, nunca va a estinguirse,
hasta llegar a la más alta cumbre,
donde el sol,jamás conoce eclipses...
yo te amaré, el resto de mis días,
con un cariño, tan puro y sincero,
aunque mis manos ya no te acaricien,
tu cuerpo tan hermoso en otro tiempo,
nuestras dos almas estarán unidas,
remplazando la unión de nuestros cuerpos,
en un ocaso,tan bello y sublime,
como puesta de sol, en mar adentro.

    Después de leerlo, con los ojos llenos de lágrimas, ambos se fundieron en un abrazo sin fin.

                  Puri Aguila


El disfraz.


Había un hombre que , como la vida le había dado muchos palos, optó por disfrazarse de hombre duro, para evitar que le alcanzaran las adversidades y la maldad del prójimo. Era su obsesión , mostrarse inflexible, pendenciero, soez... así ocultaba sus miedos y complejos; hasta que un día conoció a una mujer, que viendo su actitud tan despótica, se imaginó algo extraño en su comportamiento, y decidió investigar por su cuennta, la verdadera razón de su cinismo,su sarcasmo y su ironía, tan exagerados y fuera de lugar. Ella se mostraba siempre amable, él se mostraba uraño y desconfiado, a veces agresivo, mordaz, siempre contestaba faltando, humillando, con una insolencia que rayaba en la procacidad.

Ella seguía siendo prudente, y le respondía con simpatía, no porque tuviera empeño en aguantar las impertinencias del hombre, lo hacía más bien, para devolver bien por mal,y demostrarle que no todos somos iguales, y que hay personas, sinceras y nobles que actúan correctamente con los demás, y no hacen daño a nadie.

Ellos descubrieron que nunca les faltaban temas de conversación, por mucho tiempo que estuvieran juntos. Cada vez más, la intimidad les iba aproximando; pero él seguía mostrando la misma frialdad de siempre, hasta que un día, la mujer, cansada de soportar tanto desdén, le espetó en su cara, !toda esa acritud que muestras, es una farsa! !lo único que tienes, es miedo de mostrar tus verdaderos sentimientos, no quieres que nadie te haga daño!. Te cubres con esa coraza de hombre duro, para que ninguna otra persona, penetre en tu interior; ?Tú no sabes que donde la superficie es de piedras y rocas, el agua de la lluvia, se desliza sin profundizar en ella, y por lo tanto, esa tierra nunca será fértil? esa tierra nunca dará sus frutos, pues el agua de lluvia no la fecunda, y las simientes, no germinan; Haces mal en ser así, pues te pierdes lo más bello de la vida, que es el calor humano, la amistad, el sincero afecto de los demás

El hombre, viéndose así descubierto, se vino abajo, y a pesar suyo, relató a la mujer, los problemas que había padecido en su infancia, por culpa de un hermano mayor ,que creyéndose muy superior a él, le había hecho la vida imposible; dejándole en ridículo delante de todos, menospreciando todos sus actos, hasta que nuestro niño, perdió toda su autoestima, convirtiéndose en un ser retraído y esquivo, El odiaba a su hermano, y se refugío en el amor a los animales, pues según decía, estos nunca traicionan. Era tanto su rencor, que alguna vez se le pasó por la cabeza cometer un disparate.

Todo este cúmulo de sentimientos, fueron haciendo mella en su carácter, haciendo de él, un hombre amargado y resentido contra la humanidad.

Mas, viendo la sinceridad y afecto de la mujer,que contanta paciencia, había soportado sus exabruptos, terminó por rendirse,confió plenamente en ella, y poco a poco, surgió entre ellos una verdadera amistad, que con el tiempo, se convirtió en un gran amor.

Puri Aguila




EL ROBLE CENTENARIO
(relato)


Ahora que soy viejo,que mi tronco y mis ramas, están encallecidas por el tiempo...ahora que siento el crujir de mi corpachón desvencijado, cuando es agitado por el viento... Os contaré mi historia.
Mi vida se ha prolongado durante más de 200 años, tal vez muchos más... ya no recuerdo con exactitud...son tantas las cosas que me han ocurrido...tantos los acontecimientos que presencié, que si pudiera
hablar... ¿cuántos misterios se aclararían? ¡cuántos hechos,que ya permanecen en el olvido,  muchas historias familiares,que se desconocen, saldrían a la luz... desvelando verdades insondables, que se
ignoran...volverían a revivir viejas tradiciones que ya parecen obsoletas y
faltas de sentido, se llenarían los campos de alegres canciones, se escucharían las esquilas del rebaño, pasando junto a mí, precedidas de hermosos perros, que cuidan que este se agrupe en torno a su pastor..y no se
disperse ninguna oveja.
Yo, recuerdo mis primeros meses de vida, cuando el
campesino que me plantó, me puso una estaca, para que mi tronco creciera derecho... Me  colocaron junto a un camino, estrecho y sinuoso, que bordeaba
una pequeña finca sembrada de trigales, que permitía que el pobre labriego, tuviera pan para sus hijos...
 Junto a mí pasaban, las mujeres que iban y
venían, de labar sus ropas en el río cercano... cargadas, con sus grandes canastos, otras veces,pasaban las carretas de chirriantes ruedas,tiradas por
un par de bueyes, huncidos al mismo yugo...
también pasaban parejas de novios,cojidos de la mano, mirándose a los ojos y
sonriendo, se arrimaban a mí, y cojidos trataban de abrazarme y rodear con
sus brazos, mi tronco,ya robusto y fuerte,de árbol adulto, que cobijaba en sus ramas,multitud de pajarillos,insectos,y ardillas, que revoloteaban y
trepaban,llenando mi entorno, de bulliciosa inquietud... aquellos jóvenes,grababan en mi tronco todavía blando, sus nombres, o un corazón atravesado por las flechas del amor que sentían... sellaban con cálidos
besos y abrazos, sus promesas que, tal vez nunca llegaron a cumplirse...
 En torno a mí, se juntaba un corro de niñas, que cantaban heermosas canciones, girando como avecillas silvestres, juguetonas y traviesas...
de pronto aparecía un grupo de muchachos, con sus juegos varoniles, tirando
piedras, subiéndose a mis ramas,para alcanzar algún nido...y las niñas se
dispersaban cual bandada de gorriones,asustados, por el ímpetu y la violencia, que los muchachotes  ponían en todos sus juegos...

Un día,sobrevino una gran tempestad, con rayos y truenos, uno de los
cuales,me hirió de muerte, como una saeta que atraaviesa de parte a
parte,con fuego abrasador,que todo lo quema y lo destruye... aquella herida
quedó marcada en mí para siempre, dejando un gran hueco entre mis ramas;
pero yo sobreviví. No así el pobre campesino,que quiso protegerse,de aquella
horrenda tempestad, bajo mis ramas, y fue alcanzado por un rayo,quedando
muerto en el acto. Recuerdo como le buscaron,hasta hallarle tendido junto a
mí, y con qué dolor le lloraban su mujer y sus hijos, desamparados,sin la
presencia y protección de aquél desdichado padre.
En los veranos, hebrios de sol, cuando los segadores, cortaban las rubias
espigas, llenas de granos de trigo, se refugiaban bajo mi sombra, para comer
sus pobres biandas, y descansar de aquél sol abrasador.
pasaban junto a mí, los javalíes, liebres y conejos, perseguidos por perros
de caza, cuyos dueños, gritaban sin cesar,azuzando a los canes, para que
redugeran a su presa.
En cierta ocasión, un mozo que había sido acusado de robar en casa de su
señor, iba a todo correr, por el camino, seguido por hombres armados con
estacas y palos, él trepó sobre mí, cada vez más arriba, hasta que una de
mis ramas,se quebró,y el infeliz, cayó, con tan mala suerte que sus
perseguidores lo atraparon, y allí mismo, le pusieron una cuerda al cuello,
y lo colgaron de una rama baja,pero fuerte, con un lazo bien hurdido, que
apretó su garganta, hasta asfixiarle y allí quedó, con los pies a diez
palmos del suelo, para escarmiento de ladrones, pues así castigaba el señor
de aquellas tierras,a quien osara quitarle,alguna de sus pertenencias,aunque
fuera solo para comer.
Otro día,cuando el país se debatía en una terrible guerra civil, llevaban
por el camino,un grupo de presos,para ajusticiarles,uno de ellos,logró
desasirse de la cuerda que sujetaba sus manos,y echó a correr, llegó hasta
mí,trepó por mi tronco, y pudo esconderse en el hueco que el
rayo,dejó,marcado en mi piel; sus guardianes,le persiguieron,pasaron junto a
mí;pero no le vieron,y así salvó su vida, aquél inocente, que lo único que
hizo fué revelarse contra su cruel destino.
Y así han transcurrido los años,he visto tantas cosas... lujosas
carrozas,donde señoritas bien ataviadas,y protegidas por hermosas
sombrillas,se resguardaban del sol. Elegantes caballeros, con deslumbrantes
armaduras, montados sobre briosos corceles... también he visto mendigos, que
han descansado a mi sombra, para calmar su sed, y su hambre,bebiendo un
trago de agua,y comiendo un mendrugo de pan.
Hasta mí han llegado tañidos de campanas tocando a rebato,por una buena
noticia, o tocando a muerto, el día de algún entierro, cuyo cortejo
fúnebre,ha pasado por la vereda,cerca de mí,en su transcurrir,hasta el
cementerio que se halla fuera del pueblo.
Ahora que ya soy viejo,el camino se ha convertido en una carretera,por donde
pasan a toda velociedad,flamantes automóviles,motos,vicicletas, ya los
campesinos,no labran la tierra con el arado,y las mulas,o los bueyes,el
tintineo apacible, de las esquilas y las campanillas de los caballos de
tiro,se ha convertido en un ruído ensordecedor,que hace tenmblar hasta mis
viejas raíces... mis ramas y mi tronco se van desgajando, solo sirvo para
refugio de algunos pájaros,que agradecidos,interrumpen su vuelo,para posarse
en mis ramas.
Algún día, si estorvo en el camino,o quieren construir alguna vivienda,
jardín campo de golf... este viejo roble, será destinado a leña,o madera
para fabricar algún bonito mueble, de categoría,pues se podrá afirmar, que
está hecho de madera de roble centenario, y quien lo posea,podrá alardear de
contar entre sus objetos antiguos, de una verdadera pieza de valor
histórico.

Puri Aguila.



El pobre anciano, tras una larga vida de trabajos y privaciones, se puso a recordar sus padecimientos, pues la memoria de los mayores, es más fructífera con los hechos más lejanos, que con los recientes.

          Cuando él era joven, formó una familia con una muchacha 14 años menor que él; pero su matrimonio fue muy desgraciado, pues tuvieron 7 hijos, de los que 5 murieron siendo muy niños, pues la mortalidad infantil, era muy elevada, a principios del siglo XX; solo quedaron 2 hijitos, un niño y una niña, los más fuertes, que sobrevivieron a tanta desgracia..
Juan, que así se llamaba el hombre, trabajaba como empleado en el pequeño ayuntamiento del pueblo; pero ganaba muy poco sueldo, y decidió irse con su menguada familia a la capital, para mejorar su vida.
          Él trabajaba todo el día, en lo que fuera, para ganarse el pan; pero ella, su esposa, mucho más joven que él, estaba en su casa dedicada a sus labores y sus niños… Hasta que un día, Juan regresó de su trabajo,y la encontró con otro hombre, y por no matarlos a los dos, huyó del lugar, presa de celos y desengañado de todo. Y desesperado, volvió a su pequeño pueblo… A su vida anterior; pero un día, apareció su joven esposa pidiéndole perdón, con ánimo de rehacer su matrimonio; más él, lleno de odio y rencor, no la quiso perdonar, y la hechó de su lado, para siempre.
          Desde entonces, la vida de Juan, fue un calvario, y se dio a la bebida para olvidar, y de vez en cuando estaba borracho; mas quería a sus hijos, de los cuales tomó su custodia, para que su madre no les diera mal ejemplo.
          El niño y la niña, sus 2 hijitos, se quedaron con el padre, y su infancia, transcurrió triste y sin madre.… Ella, repudiada por su marido, había vuelto a la capital, y formó una nueva familia con el hombre, que fue la causa de su desgracia matrimonial.
          El pobre Juan, por su parte,trabajaba todo el día, y dejaba a alguna vecina al cuidado de sus hijos, pero, ellos andaban siempre por la calle, sin ir a la escuela, como 2 cervatillos, solitarios triscando a su alvedrío.
          Las buenas vecinas, les cuidaban lo que podían, y por la noche,volvía el pobre padre, y les hacía algo caliente para cenar.

          Y así, fueron pasando los años, y los niños crecieron, el muchacho, fue a trabajar con su padre, y la chica, se convirtió en una mocita muy guapa; pero siempre fue muy recatada, para que nadie le pudiera decir que era como su madre.
Ella les cuidaba a los 2, hasta que se casó, con un muchacho del pueblo, y tuvo que dejarles solos, para irse con él.
          Y desde entonces la vida de Juan, cambió, y se sintió abandonado y triste…
¡Ay, cuántas penalidades para criar a sus 2 hijos, él solo! Y ahora también lo está, porque no disfruta de su compañía… El hijo se marchó a la guerra, y nunca volvió, pues quedó muerto en una batalla, de hermanos contra hermanos… y ni siquiera sabe donde está enterrado, pues solo le llegó una triste carta, que le decía: Su hijo ha desaparecido en combate, por la causa que defendió hasta la muerte.
          Y así se quedó, solo con la hija mayor, que vivía en el mismo pueblo que él; pero con su marido y una niña, fruto de su matrimonio…
          Al principio, el abuelo, también vivía con ellos; pero su yerno, era tan intolerante y desconsiderado, que no soportaba los achaques ni las manías de la vejez, y el pobre abuelo, al verse maltratado, optó por irse a vivir solo, a una casucha de alquiler, donde malvivía con el poco dinero que cobraba por su pensión.
          Su pobre hija, sufría por verle así; pero el padre, le aconsejaba que se fuera con su marido, pues él no la podía mantener, ni a ella, ni a su pequeña nieta.
          Y llegó el día, en que su yerno, se marchó a otras tierras, para buscar trabajo, pues en el pueblo, no había nada. Todo quedó arrasado por la guerra tan inútil como desastrosa.
          Mientras pudo ayudó a su hija, aportándole algo de comer, para que las 2 no murieran de hambre.
          Pasado un año o más, el yerno escribió una carta, y envió dinero para que la esposa e hija, pudieran ir a donde él trabajaba y empezar una vida mejor; pero el anciano, no contó en los propósitos de este reinicio, porque no había dinero suficiente, y porque el yerno no le soportaba… Y el pobre viejo, se resignó a perder lo único que le quedaba en el mundo, que eran su hija y su nieta.
          Y después de venderlo todo, lo poco que le quedaba, la pobre mujer, con su niña, se puso en camino, al encuentro del hombre que era su marido, y tuvo que matar los remordimientos, que le causaba el dejar a su anciano padre tan solo en el pueblo.
          El día que se fueron, el padre las acompañó hasta la estación del tren, y al despedirse, entre abrazos, besos y lágrimas, le dijo que ya nunca más volverían a verse en este mundo. Y ellas partieron en el tren, hacia tierras lejanas y desconocidas,y él se quedó llorando, pues sabía que las había perdido para siempre.
          De vez en cuando, recibía una carta de su hija, era lo único que le llegaba; pero muy de tarde en tarde. El pobre hombre, veía pasar su vejez, sin nadie que le cuidara, y cuando recordaba a su hija y nieta, se ponía a llorar.
          Así pasaron algunos años, hasta que Juan, enfermó, y como antes a sus niños, algunas vecinas caritativas, ahora le cuidaban a él.
          Mas una noche, se sintió mal, y al ir a levantarse de su camastro, para pedir ayuda, se desvaneció y cayó al suelo, donde tiempo después,le encontraron abandonado y muerto.
          Y le amortajaron, con ropas que le pusieron las almas caritativas que conocían su triste historia; y le transportaron al cementerio, en la Caja de las ánimas, que era el ataúd que servía para llevar a los muertos más pobres, y una vez allí, le dejaron caer en la fosa, triste y húmeda, y le enterraron…
          Allí quedó en el olvido, sin una lápida que marcara su tumba.
          Al cabo de unos días, la pobre hija, recibió la noticia de la muerte de su padre; pero lo único que ella pudo hacer, fue rezar y llorar por él; más durante el resto de su vida, le recordó,y sufrió un gran remordimiento, por no haberse enfrentado a su marido, evitando tan triste final.
          Mas no tuvo el valor necesario, pues el marido era un hombre violento, y la maltrataba, impidiendo que ella tomara sus propias decisiones, sin tener en cuenta, que el pobre anciano, había quedado en el pueblo, solo y desamparado.

¡’                                                      Puri Aguila.






                  Ceguera adquirida,
                  Ceguera congénita.


Yo como ciega de nacimiento, me atrevo a opinar sobre la ceguera adquirida, a riesgo de equivocarme; pero es lo que me imagino y quiero exponer en este breve artículo.

Debe ser muy duro perder la visión del mundo que nos rodea, después de haber disfrutado de los paisajes, colores, entornos y sobre todo de las fisonomías de nuestros familiares y amigos, y de todos cuantos se cruzaban en nuestro camino.

Estos 2 mundos tan diferentes, nos ofrecen 2 perspectivas muy distintas de la vida, que paradójicamente, enriquecen a quienes tuvieron la dicha de ver el mundo tal como es. En cambio, los ciegos de nacimiento, nos podemos imaginar el mundo a nuestro modo; pero, ¿será tal cual nosotros lo hemos concebido? o ¿a caso es una quimera absurda y distinta, que no tiene nada que ver con el mundo real?

La segunda opción, es la más probable, porque la imaginación no tiene por qué ajustarse a la realidad, si bien puede aproximarse más o menos; pero siempre será fruto de la fantasía del individuo que nunca vio, y por fuerza ha de tener cosas de más, y también de menos.
 Eso lo han de decir los que perdieron la vista, en edad más o menos adulta, pues los niños muy pequeños, no recordarán nunca sus experiencias visuales, y será como si jamás las hubieran tenido.
¡Dichoso el que puede soñar los panoramas que vio y disfrutó con su amplia gama de colores e imágenes! Afortunado quien puede elegir su vestuario, cuando le indican los colores que tiene una prenda, con sus recuerdos, identifica las posibles combinaciones de su ropa, pues él o ella conocen el efecto visual que causa una mala o buena gama de color, igual o diferente, que armoniza y embellece el conjunto.

 Los que nunca hemos visto bien, no podemos imaginar ni competir en estas lides de belleza y armonía cromática; siempre hemos de depender de alguien que nos aconseje en estos menesteres, sin saber si lo hacen bien o mal...

 El túnel de la vida, exento de colores y paisajes lejanos y distantes, nos retrotrae a un espacio minúsculo, lleno de otras sensaciones, donde todo se abarca con las manos, y el oído capta los sonidos que sustituyen a la visión total o parcial que los ciegos o deficientes visuales, tenemos del mundo que
nos rodea.

 Por mi falta de recuerdos de imágenes, etc, aunque tengo un resto visual,no conozco los gestos de las manos, ni las miradas que transmiten mensajes, con guiños, parpadeos, sonrisas o muecas que demuestran el estado de ánimo de los que nos rodean; pero por las inflexiones de su voz o el sonido de las palabras, inquieto, titubeante, o sereno y sosegado, sé cual es la situación anímica de quien se dirige a mí, sin necesidad de ver su cara.

 La falta parcial o total de visión, obliga a que se agudicen los otros sentidos, supliendo al de la vista, que según muchos, es el más importante de todos; pero yo creo que la inteligencia y capacidad de adaptación a las distintas situaciones que nos otorga la vida, supera al sentido que nos falta, aun cuando, nos discrimina, de modo equivocado; pues no es justo que unos tengan todos los recursos que la naturaleza nos ofrece, y otros tengamos que conformarnos con las migajas, que bien aprovechadas y cultivadas, dan el mejor fruto que se puede soñar, que es la visión de las cosas del espíritu, más importantes que lo material, ya que constituyen la parte esencial del ser humano, donde radican todas las virtudes intelectuales, éticas y morales que constituyen la riqueza más grande que se puede soñar.”

Puri Águila





CARTA AL PRIMER AMOR

    Hola: Tú, que formas parte de mi vida,que en el tiempo y el espacio estás ya tan lejano, hoy te dedico mi más grato recuerdo, por los felices momentos que me hiciste pasar en mi primera juventud.

    Eres el dulce válsamo  de tiempos más dichosos, en que la esperanza e ilusión, formaban parte de mi vida; ahora, cuando ya estoy en la recta final, me pregunto qué hubiera sido de mí, de realizarse todos los anhelos y proyectos, que tú y yo, forjamos entre nubes de euforia, cuando estábamos cerca, y sombras de tristeza, cuando nos alejábamos, el uno del otro.

    Tu recuerdo me sumerge, en luces que mi alma, vislumbraba, con solo tu presencia... tu voz, permanecía en mis oídos, con el dulce metal de tus palabras, gravadas una a una, en mi recuerdo, hasta que de tanto repetirlas, se realzaba su significado, hasta emerger cual hermosa cascada de amorosos versos...

    Tu imagen permanente en mi retina, quedaba impresa en mis sentidos, cual bella estampa de dioses mitológicos, llenos de perfecciones, que alumbraban mi espíritu, como auras envolventes, de vibrantes colores.

    ¡Ay mi amor! Cuando estaba a tu lado, el tiempo pasaba raudo y veloz, cual ráfaga de viento, que llevaba consigo, todo mi ser… tras la despedida, y durante los siglos imaginarios que no estaba contigo, mi alma se desbordaba, con tu pasada presencia, alimentándose del maná de tus gestos y palabras, recordando uno a uno, los felices minutos de tu presencia, de modo repetido  e insistente, cual dulce sinfonía que se queda gravada, y se escucha una y otra vez, alegrando los tristes días de tu ausencia…

    El tiempo pasó inexorablemente, y nuestras vidas se distanciaron; pero nunca te olvidé, y sigo pensando… ¿Qué hubiera sido de mi triste vida, si tú la hubieras arropado y abrigado con tu presencia de luz y calor?

    ¡Ay mi amor! Me imagino contigo en el cielo, donde nunca termina la felicidad!; pero aquí estoy en la recta final de mi vida, sin ti, mas con tu recuerdo, que alimenta mis días, con frustradas esperanzas e ilusiones que nunca llegan, ni se cumplirán jamás…

Mas el brillo de tu estrella está conmigo, iluminando cada vez con más débiles reflejos, el camino que se pierde en un mundo infinito de realidades sin luz, como la que tú encendiste en mi corazón, cuando mi camino por la vida, empezaba a transcurrir, hacia adelante, mas mi senda ya desciende hasta el remanso, donde tendrá su final, y más allá, no sé si te encontraré, para iniciar juntos un camino sin fin, donde nada ni nadie nos pueda separar.

            Puri Aguila. 




Querida mamá:
Te escribo esta carta, para contarte todo lo que me pasó, desde que tú te fuiste al cielo; yo recuerdo, cuando era muy pequeño, que tú estabas conmigo, eras dulce  y buena, me besabas y me acariciabas, cuando me portaba bien, tenías una  dulce voz, que casi he olvidado.
Pero un buen día, cuando me levanté para ir al cole, pregunté por ti, y  una amiga tuya me dijo, que te habías ido a trabajar.
Así fueron pasando los días, y siempre me decían lo mismo... yo recuerdo que  todos estaban muy tristes, yo no sabía por qué, pero tú no estabas, y al  hablar de ti, unos lloraban, otros dejaban de nombrarte, cuando yo  aparecía... y yo me sentía muy triste, porque creí que te habías  marchado, porque estabas enfadada conmigo; pero yo no hice nada malo, para  que te fueras... ¿por qué ya no vienes a despertarme para llevarme al  colegio? Ahora los abuelos, están en casa siempre, y es una señora muy  buena, quien me lleva, y la abuelita, quien viene a recogerme por las  tardes... Pero tú nunca estás en casa, papá está muy triste, y me abraza  mucho, y me dice que me quiere, y me pregunta si yo le quiero a él. ¡No sé  por qué tantas preguntas, si ya sabe que sí!
Cuando le digo que sí le quiero, él vuelve la cara hacia otro lado, para que  yo no vea que está llorando... Bueno, ya sé que tú estás muy lejos, pues mi  profesora, me dijo en clase, que estás en el cielo, y me estás mirando  siempre... pero muy cerca de mí, para que no me ocurra nada malo... y yo no  sé qué hacer para que estés contenta, cuando mis amigos llaman a su mamá, yo  no me atrevo, porque sé que no vas a responderme, y me quedo callado.
Los abuelitos me quieren mucho, celebramos mi cumple como cuando tú estabas,  yaya me dice que ella es tu mamá, y por eso me quiere tanto, y yo me siento  muy feliz, con ellos, papá y mi hermanito, que no te recuerda, porque él era  muy pequeño cuando te marchaste... pero yo miro tus fotos, y algunos videos  que papá tiene grabados, y te veo muy guapa, y quisiera que estuvieras con  nosotros... por eso con mi juego de construcciones, intento hacer una torre  Muy, muy, muy alta, para poder llegar al cielo, donde dicen que tú estás, a  ver si te encuentro, porque todos los amigos del cole, tienen una mamá y yo no...
tengo una niñera que nos quiere mucho, pero me gustaría que vinieras tú,  pues papá está muy solo, los fines de semana, él nos prepara la comida, y aquí  estamos los tres, esperando que vengan los abuelos, que siempre nos traen  alguna chuche, que nos gusta mucho.
También jugamos con nuestros primos, que sí tienen mamá, todos nos quieren  mucho, y son muy buenos con nosotros, así es que puedes estar tranquila,  aunque estamos tristes, estamos muy bien.
A veces sueño contigo, pero ya no me acuerdo mucho, pues era muy pequeño  cuando tú estabas aquí, pero en mi corazón siempre permanecerá tu imagen  como la de un hada buena, que viene a consolarnos, en todo momento.
Recibe un beso tan grande que llegue hasta el cielo, donde yo miro, a ver si  estás entre las estrellas, y puedo verte.

Autora: Puri Águila. Barcelona, España.










Carta a quien renunció al amor


    Estimado/a:
Como bien debes saber, todos formamos parte de un entorno natural y social, que hace indispensable que estemos unidos,por vínculos  de amor, amistad, aficiones, trabajo, etc.
    La soledad es mala compañera,si bien, a veces no es voluntaria; porque se puede estar solo en medio de la multitud, cuando los que te rodean no te entienden ni comprenden...
Pero si estás solo entre la multitud, puedes encontrar buenos amigos, que compartan tus aficiones, e incluso tu dolor, cuando te estiman de verdad...
    No renuncies  a las buenas oportunidades de conseguir una buena integración social, intelectual o amistosa, pues eso te ayudará a sobrevivir a los desengaños que otras personas en las que tú confiabas, te han fallado.
Si alguna vez, llama a  tu puerta el amor, lo reconocerás, porque sentirás la necesidad de estar cerca de la persona amada; pero no te dejes llevar por los deseos de compartir tu vida con alguien.
Mira antes que la belleza física, el interior de la persona, en quien pones tus ojos y  atención.
Encontrarás en él, la empatía, o  la frialdad calculada, que os acerca o  aleja, según sea vuestra afinidad.
Si él o  ella antepone tus necesidades de afecto y  comprensión, a  las suyas propias,será una señal inequívoca,siempre que por tu parte ocurra lo mismo, de que vuestros caminos pueden ir unidos en la vida, pues tal vez, sois almas gemelas.
¡No renuncies al amor, ni dejes pasar la hermosa oportunidad que se te ofrece, para conseguirlo!.
Puri Aguila. 


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